Los orígenes de Huéscar se remonta a tiempos prehistóricos. Durante la época romana, fue un importante enclave estratégico, y en la Edad Media floreció bajo el dominio musulmán hasta su reconquista por los Reyes Católicos en 1488. Con un rico legado histórico y cultural, Huéscar ofrece a los visitantes una fascinante mezcla de historia, arquitectura y tradiciones.

Nuestra historia
Huéscar, situada en un enclave estratégico, desde la antigüedad, es cruce de caminos de Granada al Levante, por el que pasaron distintas culturas a lo largo de los siglos, dejando toda clase de vestigios.
Durante la Alta Edad Media, Huéscar tuvo un poblamiento rural y disperso. La actividad económica se centró en la ganadería y la agricultura, favorecidas por la orografía del territorio.
Es a partir del siglo XIII cuando Huéscar comienza a asumir un papel más importante al convertirse en tierra fronteriza entre los reinos de Granada y Murcia, al concederse la donación de la misma a la Orden de Santiago. Pese al aparente reconocimiento de esta plaza por parte de los musulmanes mediante el Pacto de Jaén, comienzan las sublevaciones para conseguir el control de las fronteras y de todas las fortalezas establecidas en las sierras, incluida la del Castillo de Úskar.
En 1324 finaliza el control cristiano, consiguiendo así, Ismail I de Granada, el control del territorio y comenzando a construir la población de Huéscar en el lugar en el que hoy en día la conocemos.
En 1434 se produjo un nuevo avance castellano que obtuvo como resultado la conquista de Huéscar por parte de Rodrigo Manrique. Sin embargo, este periodo fue corto pues catorce años después, los musulmanes recuperaban el control de la ciudad.
La incorporación de Huéscar a la Corona de Castilla se produjo en 1488. Con la firma de la Capitulación de Granada, los monarcas cristianos consiguieron mantener la paz con los musulmanes que habitaban en Huéscar, concediéndoles algunos de sus derechos como el respeto de su religión y costumbres. También prometieron a la población, que sus territorios, nunca serían dados en señorío. Pocos años después, en 1495, los Reyes Católicos incumplieron lo pactado y entregaron Huéscar al condestable de Navarra y conde de Lerín – Don Luis de Beamount y su esposa – Leonor de Aragón, para su jurisdicción. Junto con ellos, llegó a Huéscar numerosa población navarra que guardaba fidelidad a los beaumoteses, y que fueron los encargados de traer nuevas costumbres, tradiciones y gastronomía, que continúa presente.
Posteriormente en 1513, este señorío pasa a manos del II Duque de Alba, Don Fadrique Álvarez de Toledo, al cual le fue concedida Huéscar en agradecimiento a la ayuda prestada durante la Guerra de Granada.


Desarrollo y Crecimiento
A lo largo de los siglos, el municipio experimentó un crecimiento notable, especialmente durante los siglos XVII y XVIII, debido al auge económico vinculado a la exportación de la lana del bellón del cordero segureño.
A partir del siglo XVII, la ciudad poco a poco fue creciendo no solamente en extensión sino también en población, su economía comenzó a desarrollarse con el comercio de la lana, la agricultura y ganadería, comercio con extranjeros, etc. También en el ámbito religioso tuvo gran relevancia pues perteneció la ciudad al Arzobispado de Toledo hasta 1954. Huéscar, en definitiva, tuvo dos Siglos de Oro.
Hechos Históricos Relevantes
- 15 de febrero de 1243: Donación de Huéscar a la Orden de Santiago.
- 14 de Julio de 1324: Destrucción del Castillo de Úskar usando por primera vez la pólvora, tal y como documento Ibn al-Jatib.
- 18 de Julio de 1324: Fundación de Huéscar. Este acontecimiento marcó el inicio de la población en el lugar en el que hoy en día la conocemos.
- 1488: Incorporación de Huéscar a la Corona de Castilla.
- 1495: Señorío de Don Luis de Beamount – Conde Lerín y Condestable de Navarra- .
- 1513: Señorío de Don Fadrique Álvarez de Toledo – Duque de Alba-.
Legado Cultural
Hoy en día, Huéscar conserva su rica historia a través de sus museos, monumentos, y tradiciones. Cada rincón de este lugar cuenta una historia sorprendente, lo que lo convierte en un destino único para los amantes de la historia.

